LA MEJOR GUÍA DE PINTXOS DE SAN SEBASTIÁN

San Sebastián-Donostia, es una ciudad vanguardista, innovadora, de amplia trayectoria turística internacional y probablemente unas de las ciudades más bonitas de España.

Una ciudad en la que la Reina María Cristina jugó un papel muy importante en su consolidación como centro turístico y de veraneo de la burguesía, ya que pasó décadas veraneando en el Palacio de Miramar, con sus inmejorables vistas a la preciosa playa de la Concha.

Su desarrollo turístico propició la construcción de palacetes y que la ciudad tuviera ese toque francés y aburguesado que la hace única.

El Monte Igueldo, el Orfeón Donostiarra, el Peine del Viento, el Festival Internacional de Cine, el Hotel María Cristina, las playas de Ondarreta, la Concha y Zurriola, el Festival de Jazz, el Kursaal, la Catedral del Buen Pastor y la Basílica del Coro, el teatro Victoria Eugenia… son algunos de los muchos atractivos de esta ciudad que, además, es el destino perfecto para el turismo gastronómico, donde le avalan 18 estrellas Michelin en un radio de 25 kilómetros.

 Y como no, otro de los encantos de esta ciudad es el pintxo, ese placer gastronómico que aquí se convierte en arte.

Estas son mis recomendaciones para disfrutar al máximo de esta delicia gastronómica acompañados de un zurito o un txikito.

Empezamos este recorrido por la calle Pescadería número 11, donde se encuentra el Bar Néstor. Un local pequeño, de tan solo una mesa, pero que tiene tres platos absolutamente deliciosos que hay que probar al menos una vez en la vida: la espectacular txuleta de vaca vieja (espectacular, es decir poco), la ensalada de tomate y la tortilla de patata que solo se sirve a las 13:00 y a las 20:00. Una tortilla líquida, con sus patatas al dente, cebolla y ese ligero toque de pimiento que la convierten en un manjar de los dioses. Imprescindible y muy recomendable.

Otra parada obligada, en el número 5 de la misma calle Pescadería es Txepetxa, cuya especialidad son las antxoas, sobre todo las que preparan a la jardinera o con crema de centolla sobre pan tostado. Si además las acompañáis de una sidra, entonces la combinación es ya de sobresaliente.

Cambiamos de calle, y seguimos nuestra ruta por la calle Fermín Calbetón nº 12, donde se ubica Borda Berri, un lugar donde hay que probar su fantástica carrillera al vino tinto o el risotto con Idiazábal.

Continuamos por la calle San Jerónimo, en el número 21 está Ganbara. ¿Qué podemos destacar? Sus gildas, el pintxo de txangurro o el de surtido de setas con yema y foie fresco. Producto de la tierra elevado al máximo nivel.

Y llegamos a una de las calles más conocidas de la parte vieja de San Sebastián: la calle 31 de agosto. La primera parada es Gandarias  donde os recomiendo probar los hongos a la plancha. ¡No recuerdo haberlos comido mejores! También imprescindible la tartaleta de txangurro o la brocheta de riñón.

Si conseguís entrar, deberíais parar en otro imprescindible y ejemplo brillante de cocina en miniatura, La Cuchara de San Telmo. La carrillera de ternera que preparan se deshace en la boca y es espectacular, como también el pintxo de molleja a la brasa.

Continuamos con otro infalible, A Fuego Negro. Creatividad máxima en un lugar singular con pintxos innovadores como la minihamburguesa de Kobe, pan de ketchup casero, mayonesa de salmorejo, aros de cebolla y lechuga acompañada de chips de plátano macho. ¿No se os hace la boca agua?

Seguimos recorrido en Martínez y probar el calabacín relleno de centollo, los morros de bacalao con crema de marisco o los pimientos del piquillo rellenos de salsa tartara. ¡Muy top! La ruta continúa en La Cepa, pintxos clásicos que no defraudan y un jamón ibérico espectacular.

Y para terminar con la calle 31 de agosto, os recomiendo endulzarnos un poco en La Viña, para probar su cremosa y delicada tarta de queso, una de las mejores tartas que he probado en mi vida. Merece muchísimo la pena. Perdérsela, un pecado.

Otros restaurantes recomendables:

Narru, que anteriormente estaba en Gros, se ha trasladó al paseo de la Concha, concretamente al Hotel Niza. Mucho más que un restaurante (tiene una zona para picar y otra de restaurante) donde disfrutar de unas vistas inmejorables y de una cocina innovadora. Muy recomendable sus salmonetes sobre arroz marinero y pil pil sobre sus espinas.

Rekondo, en Paseo Igueldo, 57, en el Monte Igueldo. No solo tiene una de las mejores bodegas del mundo y una terraza ideal, sino que su comida es increíble.

Saltxipi, en Calzada Vieja de Ategorrieta, 3. Materia prima de calidad. Buenísimas sus croquetas de txangurro, las kokotxas y el txuletón. Delicioso.

Eme Be Garrote, en Camino de Iagra, 33, la apuesta de Martín Berasategui en San Sebastián, con un precio más asequible que en su restaurante de Lasarte, pero con una materia prima excepcional. Su arroz a la brasa es una explosión de sabor en boca.