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¿Qué es el lujo?

Según el diccionario de la RAE la palabra lujo nos ofrece tres acepciones: La primera, referida al exceso,»demasía en el adorno, en la pompa y en el regalo». La segunda, «abundancia de cosas no necesarias»; y la tercera «todo aquello que supera los medios normales de alguien para conseguirlo».

Probablemente, si escogiéramos a varias personas al azar y les preguntásemos qué es el lujo, estaríamos ante una clara disparidad de opiniones porque, con toda probabilidad, no hay en el mundo un concepto universal tan global, relativo, voluble y que a su vez sea tan subjetivo como el lujo.

Si hablamos de lujo, estaremos de acuerdo que va ligado a términos como exclusividad, buen hacer, calidad, excelencia y diferenciación de marca.

Pero, ¿Cómo podríamos definir qué es el lujo en la actualidad?

Definir hoy en día lo qué es lujo y lo que no lo es, en un sector que no solo genera riqueza sino que también la produce, ya no tiene que ver solamente con la producción y distribución de productos de valor elevado, un determinado estatus social o incluso con el modelo tradicional de productos de lujo (joyería, relojería, complementos de moda o perfumería) ya que se han ido incorporando otro tipo de productos como los productos electrónicos, el real estate, la hotelería de lujo, nuevos conceptos gastronómicos o el turismo, que son considerados como los nuevos lujos, aunque estos en vez de productos sean servicios o bienes de lujo.

La revolución digital, las nuevas generaciones de consumidores o la globalización han trastocado el modelo tradicional de lujo, no solo acercando el lujo a los mercados masivos, sino que también ha incorporado nuevos factores como el deseo o la implicación emocional, así como la experiencia y lo sensorial. Las aspiraciones, las motivaciones y las vivencias se transforman y son las protagonistas del nuevo lujo.

¿Cuántas veces, durante unas vacaciones, hemos afirmado “aquí se está de lujo” o disfrutando de una sencilla cena con buena compañía en un lugar especial hemos dicho “esto está de lujo”?

¿No te parece que dichas afirmaciones tienen poco o nada que ver con la definición anteriormente citada y con palabras como exceso o demasía en el adorno?

El lujo como concepto absoluto trasciende lo material y habla de conceptos singulares donde participa la vivencia y la emoción, y que nos evoca a disfrutar de lo intangible. Porque lujo es también esa mezcla entre la satisfacción y la exclusividad.

¿Es lujo Rolex o Hermès? Sí, por supuesto. ¿Es lujo Apple? Quizás no es una marca de lujo para algunos, aunque para otros no solamente sea un lujo sino también un objeto de culto. Por tanto, lo que define el lujo de lo que no es lujo ni lujoso, es el gusto subjetivo que tiene cada persona.

Decía Coco Chanel que «el lujo es una necesidad que empieza cuando acaba la necesidad».

Está claro que, vista la evolución del sector y de las nuevas formas de entender el lujo, el concepto del mismo necesita una redefinición. Si me preguntan por mi propia definición del lujo, diría que son todas aquellos bienes o servicios que, si bien no son necesarios o pueden parecer superfluos, nos ayudan a hacer la vida (un poco) más fácil.

Y para ti ¿Qué es el lujo?

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